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nemequittespas

Imaginando por un momento que pudiera ser Dios (1º esfuerzo imaginativo Dios existe, 2º Dios es mujer, 3º Dios soy yo) ¿qué haría con el absoluto poder que ostenta una deidad? Si en mi "totopoderosidad" pudiera elegir qué mundo crear, con qué seres habitarlo, qué bienes concederles... ¿Cómo podría concebir la idea de la enfermedad como siniestro peaje? ¿Para qué castigar a mi obra con la pena de arrastrar su propia decadencia hasta el fin? No le encuentro sentido.

Cualquiera de todos los ingredientes adicionales aportados por el ser humano ya acarrea su propia retahíla de sufrimientos varios, ¿para qué sumarles un aleatorio sorteo de penalidades físicas que nunca nadie merece porque es demasiado joven, o demasiado buena gente, o tiene demasiada familia, o demasiadas penas...

¿Qué sentido tiene para los que no nos cuadra lo de los designios divinos, ni la muda resignación, ni "aquello que no te mata te hará más fuerte"? Y si no te alcalzan las fuerzas, y si tu cuerpo y tu mente no combaten, ¿merece el más débil desaparecer para mejorar la especie?

No señor, no me cuadra.

4 comentarios

Luk -

Hay demasiadas cosas de esta vida q no nos cuadran. Duele, pero es así. Siempre he querido ser inmortal.

Javi -

¡Dejadnos solos!

go -

Javi, mi más fiel compañía, a veces pienso que escribo sólo para ti. Bonito no?

Javier -

La mejora de la especie (como algo científico) es algo que la religión no contempla, por supuesto.
Para que las cosas no cuadren simplemente hay que ver un informativo.